CAPÍTULO XXXVI
QUE TRATA DE OTROS RAROS SUCESOS QUE EN LA VENTA SUCEDIERON
En este capítulo todavía estaban en la venta cuando vieron que se acercaban unos huéspedes. Y Cardenio le preguntó al ventero cuantos podían ser y éste le respondió que eran cuatro a caballo, dos caminando y una mujer con un vestido blanco. Cardenio al escuchar esto entró en la habitación de Don Quijote. Cuando llegaron se bajaron de los caballos y llevaron a la mujer hasta una silla que estaba cerca de la habitación de Don Quijote. Todos estaban extrañados preguntándose quien sería esa misteriosa mujer y nadie lo sabia. Cuando Cardenio se enteró de quien era esa dama, se dio cuenta que la conocía y comenzó una larga conversación con ella dónde parecía que estaba compitiendo con Fernando el que la había llevado a la silla. Al poco tiempo descubrieron que esa mujer se llamaba Luscinda.
CAPÍTULO XXXVIII
QUE TRATA DEL CURIOSO DISCURSO QUE HIZO DON QUIJOTE DE LAS ARMAS Y LAS LETRAS
Aquí, Don Quijote habla del soldado, de que es la persona más pobre que pueda haber ya que tiene que sobrevivir con muy pocos recursos y aún así consigue sacarle el máximo partido a esas situaciones tan difíciles. También decía que los menos valorados y los más importantes en la guerra eran ellos, los pobres soldados, que además morían ahí. Y comparaba ese trabajo con otros y que otros se valoran más cuando el más sacrificado es el soldado. Insistió que la presencia de los ‘’letrados’’ también era importante ya que sin ellos no habría leyes y sin esto no se podrían defender los reinos, ni los caminos y no habría seguridad y no podría estar la gente tranquila. Cuando acabó su conversación, Don Quijote dijo que ahora iban a escuchar el verdadero discurso y todos estaban atentos a lo que éste iba a hablar, dicho esto, Don Quijote comenzó su discurso.
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1 comentari:
¡Qué hermoso discurso de un viejo soldado y un escritor fracasado como era Cervantes!
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